¿Te gusta escribir? ¿Has pensado alguna vez en hacerlo? Me refiero a escribir tu vida e ir contando esas cosas importantes a la par que impactantes. Si eres un poco curioso y tienes inquietudes, puede que lo hayas hecho o quizás no, pero pondría la mano en el fuego que la idea de contar, ya sea de forma pública o privada, ha rondado tu cabeza en alguna que otra ocasión.
Escribir un diario. Asignatura pendiente de muchos. Relatar (compartiendo contigo mismo o con los demás) constituye una enseñanza y aprendizaje continuo a la vez que facilita el autoconocimiento de uno mismo. Aunque creas, independientemente de tu edad, que te conoces a la perfección hasta que no te redactes, tendrás esa asignatura pendiente en el baúl de cosas de que debería hacer y nunca haré (ir al gimnasio, leer un libro por semana, aprender idiomas, practicar deporte o salir menos, entre un largo etc). Te sorprenderás.
Hoy la tecnología nos permite llevar a cabo esta acción. Aunque quizás la privacidad no sea el plato fuerte. Los blogs son el medio más parecido a un diario. En ellos puedes contar todo lo que desees. Además permite adjuntar vídeos, imágenes, etc. No te defino más que sé que eres muy leído y de sobra sabes sus utilidades. También existen los videoblogs donde a través de la cámara cuentas aquello que te inquieta. Allá por el 2007, existía una red social llamada Viddyou que permitía la edición y creación de vídeos para tu blog, pero que según he estado viendo, ya no está activa.
Pero vengo a hablarte del ‘éxito’ habido en otra red social. Fotolog, muy especial para mi, es un blog fundado a finales de 2003, al cual se le agrega una fotografía por entrada o artículo. Así de sencillo, subes una foto y la comentas.
En España ha tenido sus más y sus menos, mejor dicho sus menos más que sus más. Comenzó siendo un espacio totalmente libre. Tu hacías tu fotopost, y la gente tuviera o no Fotolog, podía interaccionar contigo a través de comentarios. Más adelante, esta opción se restringió y sólo se podía interaccionar con usuarios. Fueron evolucionando, y ya podías añadir a amigos, buscar a gente, es decir, llegar a más usuarios a fin de expandir tu red.
Aquí en España tuvo un boom silencioso entre el 2005 y 2007 aproximadamente. Y digo silencioso porque no fue más allá. La gente usaba el servicio, pero, como siempre digo, la masa empezaba a moverse hacia otros lares, en este caso Tuenti.
¿Por qué no tuvo éxito si la idea era muy buena?
Muy sencillo, las alternativas ofrecían lo mismo y más. En Tuenti, podías subir una foto, comentarla, que la comentaran pero a demás te daba otras opciones:
- Completar datos personales.
- Un muro (aunque creo que muro se denomina al de Facebook y en Tuenti se llama de otra manera, si lo recuerdas déjalo en comentarios ¿Tablón?) donde tienes libertad de escribir y también ves lo que tus amigos escribían.
- Una descripción tuya, para escribir lo que quisieras.
- La posibilidad de subir más de una foto por día.
Y sobre todo tenía interacción cosa que aún Fotolog no disponía. Lo comparo con Tuenti porque en aquella época el target de Facebook era diferente al de estas dos últimas.
Sin embargo, hoy Fotolog es el primer sitio web de fotos compartidas con más de 32 millones de usuarios. En países como Chile, Argentina, Brasil y EEUU, el uso es bastante elevado. En Chile es una de las principales redes sociales al tener mayor número de usuarios.
Ya lo dicen ¡Spain is different! Y si nos ofrecen lo mismo y más, no somos tontos y nos cambiamos. De esta forma vivió Fotolog, su corto éxito en España.
Quizás también sea por que hoy se han diferenciado completamente los conceptos y por ello no le permitiría triunfar. Por un lado está Instagram, para compartir fotos y por otro WordPress o Blogger para compartir los pensamientos. Ha surgido la idea en la que cada acción tiene su espacio determinado.
Aunque no viene mucho al caso, no me puedo despedir sin comentar el posicionamiento en Google imágenes de la red social. Si pinchas aquí millones de adolescentes escasos de tela invadirán tu pantalla. No soy quién para aconsejar pero quizás que sólo salgan adolescentes enseñando pechotes y tabletas no es lo más recomendable para ampliar el segmento de tu red y no solo quedarte con un nicho de mercado sin poder demostrar al público que tienen cabida otro tipo de perfiles.
Volviendo al inicio y si aún no lo has hecho te recomiendo al igual que en el libro, El cuaderno de Noah de Nicholas Sparks, dediques una época de tu vida a escribir y verás cómo aprendes jugando a ser Noah.